octubre 06, 2012

Los domingos en Busta

Los domingos en Bustamante son un día especial. Como es habitual en un poblado católico, en su mayoría, todos los domingos se celebra "la misa"; y como todo buen católico, las personas acuden a la iglesia para celebrarla.
Pero no es eso lo único que ocurre. Todo domingo, se ven personas que llegan temprano a misa y aprovechan el tiempo para saludarse, conversar un poco (pero ofreciendo cierto respeto hacia el templo), o al menos "verse las caras".
También hay quienes no se acercan al templo, pero que aun así, todos los domingos se hacen presentes en el centro, se sientan "en las bancas", se divierten, y pasan un rato entre "compas". Es toda una costumbre.
Un dato curioso es que todos los domingos se puede ver la misma alineación de carros. Al parecer, todos los conductores encontraron un lugar especial para su coche y decidieron aprovecharlo siempre que les sea posible. Otro dato curioso es que en Bustamante se puede encontrar la colección más grande de Landcruisers, al menos la más grande que conozco.
A la salida de la misa es el momento más agitado del día. La gente sale de la iglesia y aprovecha para hacer diferentes cosas. Hay quienes salen a hablar (esta vez en la calle), otros aprovecha para hacer alguna compra importante o para sacarse un antojo. Es común ver a la salida de la misa al comité de "no sé que cosa" aprovechando para hacer "ventas" y poder sacar algún dinerillo a la gente que disfruta cooperar.
Puede resultar un poco divertido, que este momento de la semana sea probablemente la única ocasión en la que se reúna tanta gente en un mismo lugar. Al menos en Bustamante. Pero, cualquier persona que haya vivido este momento puede asegurar que es algo especial. Incluso, parece ser que los domingo se viven mejor si se ha sacado el rato para darse una vuelta por "el centro".
Un domingo en Bustamante es una experiencia satisfactoria, llena de buenas vibras y de comunión. Es un espacio en el que el buen trato de las personas (trato amable, amigable, cálido...), el aire puro, y un ambiente tranquilo, es suficiente para producir un sonrisa en cualquier individuo.
Para algunos puede parecer algo monótono, quizá rutinario, pero más allá que eso es una costumbre. Una que cualquier pueblo podría envidiar. Una que debería valorarse cada vez más.
La plaza, un domingo antes que comience un partido de fútbol. Se pueden ver algunos niños jugando.

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